El diputado Gustavo Zubía volvió a estar en el centro del debate político tras anunciar que decidió apartar a su suplente por no alinearse con los lineamientos de su bancada. La decisión, que Zubía calificó como “lamentable pero necesaria”, generó diversas reacciones y puso nuevamente sobre la mesa el estilo firme pero desmedido que caracteriza al legislador.
“Lamentablemente tuve que tomar esta decisión”, afirmó Zubía al justificar la medida, enmarcándola dentro de la necesidad de mantener la coherencia y la disciplina partidaria. Para algunos, su postura refleja una línea clara de liderazgo sin concesiones, mientras que otros interpretan esta acción como una falta de apertura al diálogo y una respuesta desproporcionada ante las diferencias internas.
La expulsión de su suplente deja en evidencia las dificultades internas que atraviesa el sector de Zubía. Aunque el mismo ha defendido su postura bajo la premisa de mantener “un rumbo claro”, sus críticos advierten que este tipo de decisiones podría profundizar divisiones y afectar la percepción de liderazgo.
Desde otros sectores políticos, la medida fue recibida con cautela. Algunos destacan que el orden y la disciplina son necesarios para fortalecer una bancada, mientras que otros consideran que estas acciones deben manejarse con mayor prudencia para evitar polémicas innecesarias.
