La senadora Graciela Bianchi ha generado controversia al atribuir el cierre de medios de comunicación al reciente triunfo del Frente Amplio. En particular, Bianchi señaló que la cancelación del programa “Santo y Seña” y el cese de transmisiones de la radio El Espectador son consecuencia directa de la victoria del “FAPIT”, término que utiliza para referirse al Frente Amplio y sus aliados.
A través de sus redes sociales, Bianchi expresó: “Lamento lo que sucedió con @santotv4 y @ElEspectadorUy pero era esperable; no esperé que tan pronto”. Estas declaraciones han sido interpretadas como una acusación de censura o presión política por parte del nuevo gobierno hacia medios críticos.
Representantes de los medios involucrados intentaron justificar estas decisiones con argumentos que no convencen del todo. Desde Canal 4 se mencionó una supuesta reestructuración de la programación, pero resulta curioso que afecte a uno de los programas más reconocidos como “Santo y Seña”. En cuanto a El Espectador, se atribuyó su cierre a dificultades financieras acumuladas, pero esto no elimina las sospechas de posibles presiones políticas disfrazadas de problemas económicos.
Es importante destacar que la libertad de prensa es un pilar fundamental de la democracia uruguaya, y cualquier intento de coartar este derecho debe ser denunciado y enfrentado con firmeza. En este sentido, las críticas de la senadora Graciela Bianchi resultan relevantes, ya que exponen la preocupante relación entre el triunfo del Frente Amplio y las recientes clausuras de medios críticos, lo que pone en evidencia un posible intento de silenciar voces independientes en el país.