En un acto que supuestamente celebraba los 40 años de democracia en Uruguay, organizado por el Partido Colorado, la militante Ximena Grignoli se atrevió a interrumpir al expresidente José Mujica para denunciar una realidad que muchos prefieren ignorar: en Uruguay hay presos políticos. Su valentía fue castigada con la expulsión inmediata de su sector político, evidenciando una vez más la hipocresía y la falta de tolerancia dentro del partido.
El incidente que destapó la censura
Durante el evento, mientras Mujica hablaba sobre la democracia y el pasado reciente, Grignoli alzó la voz para señalar que “lo que quedó atrás tiene presos políticos hoy”. Se refería a los militares y policías que, sin pruebas contundentes, han sido encarcelados bajo el pretexto de justicia por hechos ocurridos durante el período de la dictadura. Mujica, en un gesto que algunos interpretaron como condescendiente, le cedió la palabra, permitiéndole expresar su preocupación por la falta de pruebas en los procesos judiciales contra estos funcionarios.
La respuesta del Partido Colorado: expulsión inmediata
Lejos de respaldar el derecho a la libre expresión y el debate abierto, el sector “Compromiso desde el Vamos” del Partido Colorado, liderado por Daniel Manduré, decidió desvincular a Grignoli de sus filas. Según la propia Grignoli, esta decisión probablemente fue influenciada por figuras de alto rango dentro del partido, insinuando la intervención del expresidente Julio María Sanguinetti. Esta reacción desproporcionada demuestra una clara intolerancia hacia las voces disidentes dentro del partido.
¿Quién es Ximena Grignoli?
Ximena Grignoli es una militante activa del Partido Colorado, integrante de la lista 200010 y seguidora del sector de Andrés Ojeda. Además, es familiar de militares y policías que han sido procesados por delitos supuestamente cometidos durante la dictadura, lo que le otorga una perspectiva personal y profunda sobre la situación de los llamados “presos políticos” en Uruguay.

La complicidad de los partidos tradicionales con la izquierda
La expulsión de Grignoli pone en evidencia la complicidad del Partido Colorado con la narrativa impuesta por la izquierda uruguaya. En lugar de fomentar un debate abierto sobre la situación de los militares y policías encarcelados, prefieren silenciar y apartar a quienes cuestionan el statu quo. Esta actitud no solo es antidemocrática, sino que también traiciona los principios de justicia y verdad que deberían guiar a cualquier partido político que se precie de defender la democracia.