El senador blanco Sebastián Da Silva se ha convertido en una de las voces más críticas contra la política de seguridad blanda promovida por la izquierda. La reciente afirmación del futuro ministro del Interior, Carlos Negro, de que “la guerra contra el narcotráfico está perdida”, ha desatado una ola de reacciones. Para Da Silva, esta postura no es más que una rendición disfrazada de estrategia.
El quinquenio más sangriento
Da Silva no dudó en denunciar que las políticas permisivas de la izquierda han permitido el crecimiento del narcotráfico y la escalada de violencia en los barrios más afectados. “La doctrina de izquierda: arreglar con los narcos y regular el tráfico de drogas como si fuera una solución mágica”, declaró el senador en sus redes sociales.
Por otro lado, Bettiana Díaz, del Frente Amplio, intentó desviar la atención culpando a la administración saliente por el aumento de homicidios. Sin embargo, los hechos son contundentes: el crimen se ha fortalecido gracias a políticas ineficaces y una tibieza inaceptable en la lucha contra el narcotráfico iniciada por el Frente Amplio y continuada por el gobierno saliente de Luis Lacalle Pou.

Sebastián Da Silva contra la izquierda y su política blanda
La estrategia de la izquierda, según Da Silva, es una “utopía” que solo beneficia a los delincuentes. “Negociar con los narcos y pedirles que sean más pacíficos es de una ingenuidad alarmante”, sostuvo. Mientras tanto, la población sigue siendo víctima del descontrol de las bandas criminales, que ven en la falta de acción del gobierno una luz verde para seguir operando impunemente.
La realidad es clara: sin una política de seguridad firme, sin una verdadera voluntad de combatir el crimen con medidas contundentes, Uruguay seguirá sumido en una espiral de violencia que la izquierda prefiere ignorar.