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Murga militante: Castro y su ataque a Lacalle Pou

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Raúl “Flaco” Castro, el líder de la murga Falta y Resto, vuelve a ser noticia, pero no por su talento artístico, sino por su ataque directo al presidente Luis Lacalle Pou. En un reciente recitado, Castro despidió al mandatario con calificativos como “cajetilla” y “cipayo”, dejando en claro que su “arte” es solo un vehículo de propaganda izquierdista.

Un supuesto artista, pero un claro militante

Castro nunca ha ocultado su postura ideológica, pero esta vez cruzó la línea entre la sátira y el insulto. Sus declaraciones no sorprenden, ya que su trayectoria ha estado marcada por el uso de la murga como una herramienta política, no cultural. Lo preocupante es que, bajo la excusa del arte, se dedique a lanzar ataques personales en lugar de contribuir a un debate serio.

Lacalle Pou en la mira del progresismo

Desde el inicio de su gobierno, el presidente Lacalle Pou ha sido blanco de la izquierda militante, que nunca ha digerido su éxito electoral ni su gestión. El discurso de Castro no es más que una manifestación de esa intolerancia, una despedida llena de resentimiento por parte de quienes se niegan a aceptar la voluntad popular.

La murga, ¿arte o panfleto?

Lo que en otro tiempo fue una expresión cultural popular, hoy parece haberse convertido en un altavoz de un sector político específico. La murga, lejos de representar la diversidad del pueblo uruguayo, ha sido secuestrada por militantes como Castro, que la utilizan para adoctrinar en lugar de entretener.

Un show que divide en lugar de unir

En tiempos donde el país necesita unidad y diálogo, discursos como el de Castro solo profundizan la grieta. No es la primera vez que figuras del ámbito artístico se ponen al servicio de la militancia, pero sí es un recordatorio de cómo el arte puede ser distorsionado con fines políticos.