ÉTICA Y PICO

Grignoli desafía al Partido Colorado tras cruce con Sanguinetti

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Ximena Grignoli, dirigente del Partido Colorado, decidió no quedarse callada tras el escándalo vivido durante el evento por los 40 años de democracia. En una movida poco habitual en la política uruguaya, se presentó ante la Comisión de Ética y Conducta de su partido para que el organismo se expida sobre su propia actuación y la de otros dirigentes involucrados en el episodio.

Todo comenzó el pasado 27 de marzo, cuando Grignoli interrumpió una intervención del expresidente José Mujica durante un acto organizado por el Partido Colorado. En ese momento, la dirigente tomó la palabra a viva voz y cuestionó la situación de los “presos políticos”. La respuesta no se hizo esperar: Julio María Sanguinetti, en su rol de anfitrión, la llamó a la calma y acusó su actitud de “intolerante”, tras lo cual fue invitada a abandonar el recinto.

El relato de Grignoli

Según Grignoli, lo que ocurrió luego fue aún más grave. Afirma que fue “interceptada físicamente” por el dirigente Gonzalo Arias y un guardia de seguridad, quienes la sacaron “a empujones” y la “cachearon” como si fuera “una delincuente”. En su carta a la Comisión de Ética, también denuncia que fue expulsada del sector Compromiso desde el Vamos por orden de Sanguinetti, Daniel Manduré y Pablo Ferrari.

Lejos de bajar el tono, Grignoli continuó con sus críticas a través de redes sociales. Sin embargo, reconoció estar agradecida con Mujica por haberle dado la palabra, en contraste con sus correligionarios. “La historia de las Asambleas es la historia de la Libertad”, escribió en Facebook, dejando en claro que el conflicto no es menor.

Un síntoma de la interna

Lo que está en juego no es sólo un enfrentamiento personal, sino una muestra clara de la tensión que atraviesa al Partido Colorado. La decisión de llevar el caso a la Comisión de Ética podría sentar un precedente: pocas veces un dirigente pide ser juzgado por sus actos al mismo tiempo que exige que se evalúe el proceder de líderes históricos del partido.

Hasta el momento, la Comisión de Ética no ha emitido ningún pronunciamiento. El silencio institucional frente a una denuncia tan fuerte como esta podría leerse como un respaldo implícito a los referentes tradicionales y un gesto de aislamiento hacia Grignoli.

Mientras tanto, el Partido Colorado vuelve a ser noticia no por propuestas ni renovación, sino por sus internas, su verticalismo y las viejas lógicas de disciplina partidaria. En plena campaña electoral, este tipo de episodios erosiona la imagen de un partido que intenta mostrarse unido y moderno, pero que sigue arrastrando los mismos vicios del pasado.