Un grave error en el informe del interventor de CASMU, reconocido recientemente por el Ministerio de Salud Pública (MSP), ha reavivado las críticas hacia el proceso de intervención y el manejo de información sensible en el conflicto que involucra a la mutualista. Según el documento oficial emitido el 12 de diciembre, el MSP adjudicó el problema a un “error de tipeo”, que vinculó de forma indebida a personas del CASMU con una empresa privada, generando un severo perjuicio reputacional para los involucrados y para la institución intervenida.
El error, que formó parte del informe elaborado por los interventores, fue replicado rápidamente por algunos medios de comunicación, amplificando el impacto público y sumando tensión al ya complejo escenario que enfrenta la mutualista. Tanto Brecha como Búsqueda publicaron información relacionada, aunque en el caso de Brecha la nota fue posteriormente retirada, mientras que Búsqueda mantiene la publicación online.
El documento emitido por el MSP aclara que si bien el Sr. Pablo Miguel Dutra Ferjanich está vinculado a la empresa REPARO S.A., los Sres. Luis Darío Laxalt Ferrada y Osvaldo Isabelino Barrios Silvera, inicialmente mencionados en el informe, no tienen ninguna relación con dicha empresa, sino con otra sociedad denominada VINDACLASS S.A. Sin embargo, esta corrección oficial no ha recibido la misma difusión que la información inicial, dejando en evidencia un tratamiento desigual que profundiza el cuestionamiento sobre la objetividad del proceso y la cobertura mediática.
Una narrativa cuestionada y el rol del SMU
Este nuevo episodio se produce en un contexto de tensión creciente, en el que el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) ha pedido la renuncia de la directiva de CASMU, argumentando una supuesta mala gestión. No obstante, analistas del sector señalan que detrás de esta postura podría existir una defensa de intereses corporativos que poco tiene que ver con el bienestar de los usuarios del sistema de salud.
“El SMU critica y exige la renuncia de las autoridades, pero no asume su propia responsabilidad en la crisis estructural del sistema. Además, errores como este demuestran que la información sobre la que se apoyan los argumentos no está exenta de fallas”, comentó un analista consultado.
Algunos sectores advierten también sobre un posible alineamiento estratégico entre el SMU y el gobierno en el marco del proceso de intervención. Para estas voces críticas, el accionar del sindicato podría estar facilitando una agenda política que busca desplazar a la actual directiva de CASMU, generando dudas sobre la transparencia y los verdaderos objetivos detrás de esta situación.
La pregunta que queda en el aire
La admisión de un “error de tipeo” en un informe de tanta relevancia deja abierta una interrogante preocupante: ¿cántos errores similares podría contener el informe de los interventores? El manejo de información incorrecta en un contexto tan sensible no solo daña la reputación de las personas y las instituciones, sino que también afecta el debate público y la confianza en el proceso.
Mientras tanto, el sistema de salud uruguayo enfrenta uno de sus momentos más críticos, en el que las disputas gremiales, los errores en la información y las tensiones políticas parecen haber desplazado del centro del debate lo más importante: el bienestar de los ciudadanos.