NO ME INSULTES

Goñi denuncia a Diputado que lo trató de “cagón”

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Un nuevo escándalo sacude al Parlamento uruguayo y, como es costumbre, el Frente Amplio vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez, el protagonista fue el diputado Juan Andrés Erosa, quien no encontró mejor forma de expresarse que llamando “cagón” a su colega del Partido Nacional, Rodrigo Goñi, en plena sesión de la Cámara de Representantes.

La ofensa no fue un exabrupto aislado. Refleja, una vez más, el tono cada vez más violento, agresivo y prepotente que han adoptado varios dirigentes frenteamplistas en el ámbito legislativo. Desde el Partido Nacional no se quedaron de brazos cruzados: el propio Goñi tomó la palabra para denunciar públicamente el hecho y exigió sanciones firmes contra Juan Andrés Erosa, quien, hasta el momento, no ofreció disculpas.

Un insulto que cruza los límites

Durante una discusión parlamentaria, el diputado nacionalista Rodrigo Goñi planteaba su visión sobre un proyecto de ley cuando fue abruptamente interrumpido por Juan Andrés Erosa con la frase: “No se puede ser tan cagón”. La frase no solo fue captada por los micrófonos, sino que generó un revuelo inmediato en la Cámara, donde algunos diputados intentaron restarle importancia mientras otros, con mayor sentido institucional, reclamaron orden y respeto.

Goñi, visiblemente indignado, tomó el micrófono para señalar la gravedad de lo ocurrido. “Esta conducta demuestra una profunda falta de respeto por el ámbito legislativo y por quienes creemos en el debate democrático”, afirmó. También remarcó que no se trata solo de una cuestión personal, sino de una agresión al propio Parlamento como institución.

Cultura de la prepotencia

Lo de Juan Andrés Erosa no es un caso aislado. Se suma a una larga lista de episodios donde figuras del Frente Amplio apelan a la descalificación, el agravio y la chicana barata para acallar voces disidentes. Esta estrategia no solo deteriora el ambiente parlamentario, sino que también envenena el debate público y muestra la verdadera cara del progresismo: autoritario con quienes piensan distinto, pero victimista cuando se los confronta.

Desde el Partido Nacional ya se inició un reclamo formal ante la Comisión de Ética de la Cámara. El objetivo es que este tipo de comportamientos no queden impunes y que se fije un precedente claro: el Parlamento no puede ser una cancha de insultos.

Silencio en la izquierda

Hasta el momento, ni la bancada del Frente Amplio ni Juan Andrés Erosa han emitido una disculpa pública. Peor aún, algunos dirigentes del FA han intentado minimizar el hecho, apelando al “calor del debate” como justificación. Este silencio cómplice deja claro que no les interesa el respeto institucional ni la convivencia democrática, solo buscan imponer su relato, cueste lo que cueste.

¿Yamandú Orsi también avala estos actos? ¿O el silencio también le sirve para no perder votos internos?

Este nuevo episodio deja al descubierto una preocupante normalización de la violencia verbal en la política uruguaya, alentada desde las propias filas frenteamplistas. Es hora de que la ciudadanía exija una conducta acorde al cargo que ostentan estos representantes.