Gabriela Fossati no se guarda nada. La exfiscal, que ha dado varias batallas solitarias contra el poder político y judicial, lanzó una advertencia que resuena fuerte: está investigando el rol de algunos políticos en posibles maniobras para influir en causas judiciales.
En una publicación reciente en sus redes, Fossati anunció que está revisando el comportamiento de actores políticos que habrían interferido en procesos judiciales sensibles. Sin vueltas, nombró al Ministro del Interior Carlos Negro, como el “segundo” en ser analizado.
“Estoy investigando, para identificar, cuál fue el verdadero trabajo judicial de algunos políticos”, escribió Fossati, quien desde hace tiempo viene denunciando presiones internas dentro del sistema judicial y ataques desde el Frente Amplio.
La lista negra de Fossati
La frase “el segundo será Negro” no pasó desapercibida. Aunque no dio más nombres, la exfiscal dejó en claro que está haciendo una revisión sistemática de cómo se ha utilizado el poder político para incidir en decisiones judiciales. Algo que, de confirmarse, podría representar un escándalo institucional sin precedentes.
Fossati ha sido víctima de un vaciamiento mediático cuando sus denuncias apuntan hacia la izquierda. Pero aún así, persiste en dar a conocer lo que muchos prefieren callar: los vínculos entre operadores políticos y sectores del Poder Judicial, una maquinaria que durante años se ha movido con impunidad.

Una fiscal que incomoda
Este nuevo anuncio reaviva el debate sobre la independencia judicial en Uruguay. ¿Cuánto poder tienen los políticos para manipular causas? ¿Cuántos fiscales se animan a denunciarlo? Fossati, con nombre y apellido, está dejando en evidencia un sistema que muchos daban por incuestionable.
Y mientras tanto, desde el Frente Amplio y sus medios afines, silencio absoluto. Nadie se pregunta por qué una fiscal termina siendo perseguida por investigar. Nadie se pregunta qué intereses se tocan cuando se empieza a hablar de causas judiciales donde están metidos nombres pesados.