La fiscal Gabriela Fossati no se quedó callada tras la confirmación de que Enrique Negro podría ser el próximo ministro del Interior en el gobierno de Yamandú Orsi. En un contundente mensaje, Fossati recordó cómo, en su momento, fue criticada por advertir sobre el rol de Negro en la política y la justicia uruguayas. “Cuando lo dije, lo negaban”, afirmó la fiscal, en referencia a las declaraciones previas donde cuestionaba las prácticas y posturas del ahora candidato al ministerio.
La figura de Enrique Negro ha estado rodeada de controversias, no solo por sus decisiones en el ámbito judicial, sino también por su cercanía a sectores del Frente Amplio. Críticos argumentan que su eventual designación como ministro del Interior plantea serias dudas sobre la independencia de la justicia y su capacidad para liderar una cartera tan sensible como la de seguridad.
El nombramiento de Negro, de concretarse, pondría en juego la gestión de la seguridad en Uruguay, un área crítica que exige soluciones efectivas y alejadas de intereses partidarios. Desde la oposición, ya se han alzado voces que cuestionan si Negro, con su historial de decisiones polémicas, es la persona adecuada para enfrentar el aumento de la delincuencia y los desafíos en la gestión policial.
El debate sobre la posible designación de Enrique Negro como ministro del Interior está lejos de terminar. Lo cierto es que su llegada a este cargo podría significar un giro preocupante en la política de seguridad del país, marcando una mayor dependencia del Ministerio hacia los intereses del Frente Amplio. Uruguay necesita respuestas claras y liderazgos comprometidos, no figuras cuestionadas cuya imparcialidad está en duda.