LO NIEGO

Contradicciones fiscales: Arbeleche niega ajuste pese al límite de deuda excedido

-

La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, declaró recientemente que no considera necesario un ajuste fiscal por parte del próximo gobierno, a pesar de la preocupante situación económica que enfrenta el país. Esta afirmación llega apenas un día después de que se informara que el gobierno excederá el tope legal de deuda en 2024, lo que plantea serios interrogantes sobre la coherencia en la estrategia fiscal de la administración.

Arbeleche argumentó que las cuentas fiscales están “en orden”, descartando la necesidad de ajustes en el corto plazo. Sin embargo, esta postura contrasta con la realidad de un país que ha sobrepasado su límite de endeudamiento y enfrenta una región afectada por crisis económicas como la de Argentina, así como por la caída de precios de los commodities. En este contexto, la negativa a reconocer la necesidad de medidas correctivas sugiere una preocupante falta de realismo en el diagnóstico económico.

Este tipo de declaraciones también dejan entrever una falta de coherencia en la comunicación del gobierno respecto a las políticas económicas. Mientras Arbeleche asegura que no se necesita ajuste fiscal, las cifras demuestran que la deuda sigue creciendo y que las condiciones económicas exigen una revisión profunda de las estrategias aplicadas. Este doble discurso no solo genera confusión, sino que también mina la confianza de los ciudadanos y de los mercados en la capacidad del gobierno para manejar la situación.

En conclusión, las declaraciones de Arbeleche sobre la ausencia de necesidad de ajuste fiscal contrastan profundamente con la realidad económica del país. Mientras el gobierno sigue acumulando deuda y enfrentando una región económicamente inestable, esta situación no se explica solo por factores externos. Gran parte del problema radica en la decisión de mantener políticas socialistas heredadas de los gobiernos frentistas, que este gobierno fue elegido para remover. La responsabilidad de gestionar las finanzas públicas con realismo y transparencia no puede seguir siendo postergada, especialmente si se aspira a un verdadero cambio estructural.