El futuro Presidente, Yamandú Orsi, ha vuelto a demostrar que el discurso de igualdad y paridad de género de la izquierda no siempre se refleja en acciones concretas. Tras anunciar la composición de su gabinete, Orsi reconoció que la paridad de género “es la que se pudo lograr”, justificándose en las propuestas recibidas por los sectores que integran su coalición. Sin embargo, esta explicación no hace más que poner en evidencia las contradicciones del Frente Amplio en materia de igualdad.
La izquierda ha hecho de la lucha por la paridad una de sus banderas políticas, pero el resultado del gabinete de Orsi refleja una realidad diferente. Mientras se exigen cuotas de género y representación igualitaria en otros espacios de poder, en su propio gobierno no lograron conformar un gabinete equilibrado. Lo más llamativo es que la justificación ofrecida por Orsi atribuye esta falta de paridad a los sectores, como si la responsabilidad no recayera en él y su liderazgo.
Este episodio también deja al descubierto un problema estructural dentro del Frente Amplio: la falta de mujeres en posiciones de liderazgo dentro de sus sectores. Si realmente hubieran trabajado por una paridad efectiva durante años, hoy no estarían enfrentando dificultades para presentar candidatas capacitadas para ocupar cargos clave. En cambio, recurren a excusas y justificativos que dejan entrever una falta de compromiso real con la causa.
Además, este caso resalta cómo el discurso de inclusión y equidad muchas veces no es más que una estrategia electoral que queda vacía cuando llega el momento de tomar decisiones concretas. Si bien Orsi defendió su gabinete asegurando que es “funcional y representativo”, queda claro que la paridad no fue una prioridad a la hora de armar su equipo.
Mientras tanto, esta situación también reaviva el debate sobre el uso del concepto de paridad como herramienta política. Si los sectores del Frente Amplio no propusieron suficientes mujeres para el gabinete, ¿cómo pueden exigirle a otras instituciones que cumplan con cuotas de género? Este modelo de cuotas, además, es un instrumento nefasto que termina discriminando a las mujeres al priorizar el género por sobre las capacidades y el mérito. Esta incoherencia no solo erosiona la credibilidad del Frente Amplio, sino que también pone en entredicho la seriedad de sus propuestas en materia de igualdad.