El departamento de Colonia se ha vuelto el centro de una tormenta de cuestionamientos hacia las encuestadoras, con especial foco en la consultora Ágora. Su último sondeo coloca a María de Lima como favorita dentro del Partido Nacional, superando a Guillermo Rodríguez, referente del moreirismo y respaldado por la amplia mayoría de las listas nacionalistas en el departamento. En este contexto, muchos traen a la memoria otros sondeos previos de Ágora y Opción Consultores, cuyas predicciones resultaron desacertadas y nunca se tradujeron en los resultados reales, lo que refuerza la sospecha sobre una tendencia sistemática al error o a la manipulación.
Esto ya viene de las internas
Se observan en los trabajos de Ágora incosistencias estadísticas que terminan en resultados por fuera de la realidad, como por ejemplo, el sondeo publicado previo a las elecciones internas en junio de 2024.
En esa encuesta, Ágora ubicaba a María de Lima como la figura con mayor intención de voto dentro del Partido Nacional, con un 23,6%. La seguía Guillermo Rodríguez, de la lista 904, con 18,2%, y más abajo se posicionaban Ricardo Planchón con 15,5% y Napoleón Gardiol con 12,7%. Hasta ahí, una foto más de campaña.
Pero la realidad fue otra
Al llegar las internas, los votos cantaron otra historia: la lista 904, que respalda a Guillermo Rodríguez, obtuvo 5679 votos, superando ampliamente a la lista 28 de María de Lima, que recibió 3681 votos. Una diferencia de casi 2.000 sufragios, imposible de justificar bajo los parámetros normales de cualquier modelo estadístico serio.
Ni siquiera forzando los márgenes de error más generosos, la encuesta de Ágora podría considerarse acertada. La diferencia real fue tal que el orden de los candidatos fue literalmente inverso al que la consultora había proyectado.

Y también pasó en octubre…
De cara a las elecciones generales del último domingo de octubre, las encuestas de Opción Consultores daban como ganadora indiscutida a María de Lima en Colonia. Le proyectaban un cómodo 47% frente a un 33% para el candidato de la 904, Mario Colman.
Pero una vez más, la realidad hizo trizas el relato.
Igual que en las internas, cuando se abrieron las urnas, la lista 904 aplastó: 14.819 votos contra los 10.577 de María de Lima. Una diferencia tan grande respecto a lo que decía Opción, que no hay margen para excusas técnicas. No es un error estadístico. Es otra cosa.
Distintas elecciones, misma maniobra.
Cambian las consultoras, cambian las fechas, cambian los rivales… pero siempre hay una constante:
María de Lima aparece como ganadora antes de votar, y termina perdiendo después.
La historia se repite con una precisión quirúrgica:
Las encuestas le dan una victoria cómoda, pero en la cancha se lleva una goleada.
Y no hablamos de diferencias pequeñas:
Cuando Ágora le daba una ventaja de 5 puntos y terminó perdiendo por 15, ya era escandaloso.
Una desviación de más de 20 puntos porcentuales no es un margen de error:
¡Es una ficción electoral!
Y por si fuera poco, unos meses después Opción Consultores duplicó esa fantasía:
Le infló la ventaja de 5 a 14 puntos, justo antes de que María de Lima volviera a perder… y por un margen todavía mayor.
¿Encuesta o herramienta de campaña?
Porque una cosa es equivocarse, y otra muy distinta es siempre errarle para el mismo lado.
Una, dos, tres veces… ¿Casualidad? No parece.
Y en política, cuando algo se repite tanto, ya no es una falla.
Es un plan.