La campaña rumbo a la Intendencia de Montevideo ya está en modo combate, y los primeros cruces fuertes no se hicieron esperar. Esta vez fue el turno de Martín Lema, precandidato por la Coalición Republicana, que salió al cruce del frenteamplista Mario Bergara, quien dio por descontado el triunfo del FA en la capital.
“Hay que tener humildad”, disparó Lema en declaraciones a la prensa, acusando a Bergara de actuar con una “postura soberbia y muy poco uruguaya”. Todo a raíz de una afirmación del senador frenteamplista que aseguró que su partido va a ganar por octava vez consecutiva la elección municipal en Montevideo.
¿Y la transparencia?
Pero Lema no se quedó solo en los modales. También exigió que se transparente la situación financiera de la Intendencia. “La soberbia no es buena consejera”, remató el exministro de Desarrollo Social, que busca cortar con más de 30 años de hegemonía frenteamplista en la capital.
La respuesta de Bergara hasta el momento fue silencio, pero sus declaraciones previas revelan una confianza que para muchos suena a exceso. “Vamos a ganar por octava vez Montevideo”, había dicho, como si la elección fuera una mera formalidad. Una actitud que recuerda más al estilo autoritario que al del servidor público.
Mientras el Frente Amplio juega al triunfalismo, la oposición empieza a marcar terreno. Lema no solo apuntó a la falta de humildad de su rival, sino que también plantó bandera reclamando información precisa sobre las cuentas municipales. Algo tan básico como saber en qué se está gastando el dinero de los montevideanos parece ser un misterio.
Este cruce es solo el primer round de una contienda que promete ser feroz. Por un lado, el Frente Amplio que se cree invencible en Montevideo. Por el otro, una oposición que ya no está dispuesta a jugar callada. Y en el medio, los ciudadanos, cansados de una ciudad estancada y de discursos inflados.
