La foto oficial de Yamandú Orsi no pasó desapercibida. Lejos de transmitir firmeza y liderazgo, como se esperaría de un presidente en ejercicio, la imagen generó un aluvión de críticas que la señalan como un claro error comunicacional. Y no es para menos: expertos en comunicación no verbal, analistas políticos y hasta humoristas coincidieron en que la postura del mandatario refleja más inseguridad que autoridad.
Una pose que inquieta
El especialista Danny Ríos, consultado por TV Show, fue categórico: “El cuerpo inclinado, la falta de simetría, el gesto sin convicción… No hay estabilidad”. Ríos remarcó que la posición corporal de Orsi transmite una imagen de informalidad, debilidad e incluso incomodidad. La mano en el bolsillo, el brazo flojo y los hombros caídos, según el experto, son síntomas claros de una comunicación no verbal pobre para alguien que debería proyectar solidez.
No es solo un problema estético, es un mensaje político
No se trata simplemente de una mala foto. Es una metáfora visual de cómo el Frente Amplio y sus referentes se manejan: relajados, sin rigor, creyendo que el marketing suple al carácter. Esta foto deja al descubierto un estilo de liderazgo blando, sin estructura, y lo que es peor, sin rumbo.
Una foto para memes
Tanto fue el impacto de la foto, que hasta el humorista Marcel Keoroglian se sumó a las críticas en tono irónico, parodiando la imagen en un sketch que se viralizó. El propio humorista dijo que la imagen parecía la de alguien “que no sabe si está entrando o saliendo de la reunión”. Si el objetivo era inspirar confianza, el resultado fue el contrario.
¿Error de comunicación o reflejo de gestión?
La comunicación no verbal es parte del ejercicio del poder. En este caso, la fotografía oficial revela mucho más que una mala decisión de ángulo o pose: deja ver un liderazgo sin convicción. La izquierda ha sido experta en el relato, pero esta vez ni el relato los salvó. Yamandú Orsi quedó expuesto.
Mientras el Frente Amplio busca posicionarse para 2025, esta imagen podría convertirse en el símbolo involuntario de una candidatura que transmite lo contrario a lo que promete. La gente no busca improvisación, busca certezas. Y en esa foto, hay muy pocas.
