LOS PACÍFICOS AL ATAQUE

Militantes del FA atacan a Fossati con insultos y acoso

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Fossati, blanco de la intolerancia frenteamplista

La fiscal Gabriela Fossati denunció públicamente haber sido insultada e intimidada por militantes del Frente Amplio durante un acto político. El episodio ocurrió en un espacio público, donde Fossati asistía como ciudadana, y terminó convirtiéndose en una muestra más de la violencia política que algunos prefieren callar cuando no les conviene denunciarla.

“Oligarca” y “mirada amenazante”

Según relató la fiscal, fue víctima de insultos como “oligarca” y de gestos hostiles mientras simplemente caminaba por el lugar. También describió cómo uno de los militantes la siguió con una actitud que ella calificó como “intimidante”. No es la primera vez que Fossati sufre este tipo de agresiones, pero lo que sorprende es el silencio total del Frente Amplio y de los colectivos feministas, tan activos cuando la víctima responde a su línea ideológica.

¿Dónde están ahora los que dicen defender a las mujeres?

Resulta escandalosa la hipocresía de quienes se llenan la boca hablando de violencia de género y machismo, pero miran para otro lado cuando la agredida es una mujer que no piensa como ellos. Si una fiscal hubiese sido insultada por militantes de otro partido, las marchas y comunicados ya habrían estallado. Pero como se trata de Fossati, reina el silencio.

Una violencia política con perspectiva selectiva

El Frente Amplio, que suele acusar a todo el mundo de promover discursos de odio, parece no tener problema cuando los insultos vienen de su propia militancia. Esta vez la víctima fue una mujer, con trayectoria, que ha tenido el coraje de investigar sin dejarse presionar.

Fossati no se calla: “No me van a amedrentar”

Pese a los intentos de intimidación, la fiscal dejó claro que seguirá trabajando con independencia y firmeza. En sus palabras, dejó en evidencia que lo ocurrido no fue un hecho aislado, sino parte de una campaña sistemática de desprestigio hacia quienes incomodan al relato único del progresismo.

Un caso que desnuda la doble vara del FA

El ataque contra Fossati debe encender las alarmas. No solo por la violencia en sí, sino por lo que revela sobre la cultura política del Frente Amplio: cuando no pueden con argumentos, recurren al agravio y al escrache. Y si la víctima no encaja en su molde ideológico, la invisibilizan.

La valentía de denunciar, aunque incomode

Gabriela Fossati ha demostrado que no está dispuesta a bajar la cabeza. Lo que vivió debería ser repudiado por todo el espectro político. Pero, como ya es costumbre, el progresismo prefiere la complicidad del silencio. Una vez más, queda claro quiénes realmente luchan por los derechos y quiénes solo los usan como bandera cuando conviene.