Apenas asumido el nuevo gobierno de Yamandú Orsi, Montevideo fue testigo de una nueva y preocupante modalidad delictiva: los robos piraña. En solo dos días, dos comercios fueron atacados por grupos de delincuentes que ingresaron en masa, arrasando con todo a su paso. Pareciera que la delincuencia estaba esperando el cambio de mando para dar inicio a esta ola de crímenes.
Un inicio de gobierno marcado por el caos
El 1 de marzo asumió Yamandú Orsi y, casi de inmediato, el crimen organizado mostró su peor cara. El 2 de marzo, un grupo de delincuentes perpetró un robo piraña en Plaza Italia, sorprendiendo a comerciantes y vecinos. Al día siguiente, el 3 de marzo, una farmacia en Tres Cruces fue víctima de un ataque similar. La falta de reacción inmediata por parte de las autoridades genera incertidumbre y temor entre los ciudadanos.
El desafío de la seguridad pública
El Ministerio del Interior anunció dos medidas para enfrentar los robos piraña: la creación de un equipo especializado dentro de la policía y el monitoreo de redes sociales para detectar la organización de estos delitos. Sin embargo, ambas estrategias parecen más un intento de mostrar acción que una solución real. ¿Un equipo policial más logrará frenar a delincuentes que ya se sienten impunes? ¿El monitoreo de redes reemplazará la acción directa en las calles? Mientras tanto, los comerciantes y ciudadanos siguen expuestos a esta nueva forma de violencia.

El crimen organizado marca la agenda
La rapidez con la que se dieron estos episodios deja en evidencia que los delincuentes sienten que pueden actuar con mayor impunidad bajo la nueva administración. La pregunta es si este será el comienzo de una tendencia o si el gobierno logrará retomar el control de la seguridad en las calles.