Orsi asumió con un discurso que intenta vender una imagen de unidad y apertura, pero no tardó en caer en contradicciones y en las mismas recetas fallidas de la izquierda. A pesar de su supuesta “mano tendida” a la oposición, sus palabras dejaron en claro que el Frente Amplio seguirá con su agenda ideológica y su enfoque intervencionista.
Palabras huecas sobre seguridad
Uno de los puntos más llamativos del discurso fue su referencia a la seguridad. Orsi mencionó que la seguridad “será una prioridad” y habló de trabajar en conjunto con distintos actores, pero evitó asumir la responsabilidad de los gobiernos de izquierda en el crecimiento del narcotráfico y la violencia. A pesar de que la administración actual logró reducir algunos índices delictivos, el flamante presidente no reconoció estos avances y prefirió lanzar promesas sin sustento.
Economía: más Estado, menos libertad
Orsi habló de la economía con la típica retórica de la izquierda: atacar a los “privilegios” y prometer “mayor justicia social”. Sin embargo, no hizo ninguna referencia concreta a la generación de empleo genuino o a incentivar la inversión privada. Su única solución pareciera ser más intervención del Estado, lo que ya ha demostrado ser una fórmula fracasada.

Pobreza y desigualdad: cinismo absoluto
Otra gran contradicción en su discurso fue su preocupación por la pobreza. La izquierda gobernó durante 15 años y dejó altos índices de pobreza, sobre todo cuando se tiene en cuenta que una gran cantidad de personas dependían de subsidios y planes sociales. Ahora Orsi pretende presentarse como el salvador de los más vulnerables, ignorando que su partido fue el principal responsable de esta situación.
Derechos humanos: discurso sesgado
El presidente también mencionó el tema de los desaparecidos durante la dictadura, un caballito de batalla constante de la izquierda. Usando como excusa hechos ocurridos hace más de 50 años, la izquierda sigue imponiendo su relato para justificar su agenda, mientras ignora los problemas actuales de violencia, inseguridad y corrupción que afectan a los ciudadanos en el presente.
Conclusión: una asunción predecible
El discurso de Orsi fue más de lo mismo. Promesas vacías, retórica populista y un claro guiño a los sectores radicales de la izquierda. Detrás de su “mano tendida” hay una agenda ideológica que ya ha demostrado su fracaso.