El Partido Colorado vuelve a dar señales contradictorias sobre su rol dentro de la coalición de gobierno. Mientras públicamente se presenta como un aliado del Partido Nacional y los demás socios del bloque, en la interna aplica sanciones a aquellos candidatos que decidieron competir por fuera de sus filas en otros departamentos para contribuir con el sentimiento coalicionista. Un mensaje confuso que pone en duda su compromiso con la unidad.
¿Coalición o intereses partidarios?
El llamado a la Convención del Partido Colorado para disciplinar a candidatos que optaron por postularse bajo la bandera del Partido Nacional revela una falta de cohesión y una visión más centrada en lo interno que en la fortaleza del bloque. A pesar de compartir un mismo proyecto de gobierno, la dirigencia colorada parece más preocupada por marcar territorio que por consolidar la alianza.
La movida de Zubía, Alfie y Pasquet
El pedido de figuras como Gustavo Zubía, Isaac Alfie y Ope Pasquet para aplicar sanciones a quienes decidieron competir con el Partido Nacional muestra una división clara dentro del coloradismo. En vez de fomentar la participación y fortalecer la coalición, se opta por una política de castigos que debilita la imagen del partido ante la ciudadanía.

¿Qué mensaje recibe el electorado?
La ciudadanía espera partidos que trabajen juntos por un proyecto común, no que pierdan tiempo en disputas internas. Si el Partido Colorado realmente quiere fortalecer la coalición, debe actuar en consecuencia y no dar señales de que prioriza su estructura interna por sobre el objetivo mayor: evitar el regreso del Frente Amplio al poder.
Consecuencias de la decisión
Las sanciones podrían generar un quiebre aún mayor dentro del partido, incentivando a más dirigentes y votantes a mirar hacia otras opciones. Mientras el Frente Amplio avanza con una estrategia de unidad y cohesión, la coalición de gobierno parece enredarse en conflictos internos que podrían costarle caro en las próximas elecciones.