El senador Sebastián Da Silva ha vuelto a poner el dedo en la llaga al denunciar el descontrol en el uso de los recursos públicos por parte de la Intendencia de Montevideo (IMM). En esta ocasión, su crítica apuntó al financiamiento de un “Club de lectura con perspectiva LGBTI+”, al que irónicamente se refirió como un “Tinder LGTB en salas de lectura”. Da Silva cuestionó que se destinen $13 millones a este tipo de proyectos mientras los problemas reales de la ciudad siguen sin solución.
Florencia Astori, directora de la Secretaría de Diversidad de la IMM, salió al cruce de las declaraciones del senador, calificándolas de violentas y acusándolo de desinformar. Según Astori, este espacio de lectura y otras iniciativas del Centro de Referencia LGBTI+ son impulsadas por la ciudadanía y no representan un gasto adicional significativo. Sin embargo, los números demuestran lo contrario: millones de pesos en programas que poco o nada aportan a la mejora de los servicios esenciales que la IMM debería priorizar.
Da Silva, lejos de quedarse callado, retrucó que su intención no es atacar a nadie, sino cuestionar el desvío de fondos en actividades que no forman parte de las obligaciones esenciales de la Intendencia. La ciudad enfrenta problemas graves en infraestructura, saneamiento y seguridad, y en lugar de destinar recursos a resolver estos asuntos, la IMM prefiere financiar agendas ideológicas.
Esta nueva polémica deja en evidencia las prioridades del Frente Amplio en Montevideo. Mientras los vecinos lidian con calles en mal estado y falta de servicios básicos, la IMM gasta cifras millonarias en programas que no tienen impacto real en la calidad de vida de los ciudadanos. Da Silva ha dicho lo que muchos piensan pero pocos se animan a decir: es hora de que la Intendencia deje de lado el despilfarro y se enfoque en lo que realmente importa.
