Carlos Albisu, ex presidente de la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande y actual candidato a la Intendencia de Salto por el Partido Nacional, intenta despegarse de las acusaciones de corrupción que pesan sobre su gestión. En una reciente entrevista, aseguró que “no hubo corrupción en la gestión de Salto Grande”, a pesar de los múltiples señalamientos sobre clientelismo político y contrataciones irregulares.
Las denuncias en su contra surgieron a raíz de la contratación de ediles y militantes afines al Partido Nacional de manera directa, sin concursos ni procesos transparentes. A pesar de la controversia, Albisu insiste en que su gestión fue intachable, una afirmación difícil de sostener cuando las irregularidades saltan a la vista.

En septiembre de 2023, Albisu renunció a su cargo en la CTM en medio de las críticas, pero ahora vuelve al ruedo político como candidato a la Intendencia de Salto. Este giro genera dudas sobre la verdadera intención de su renuncia: ¿fue un acto de responsabilidad o una simple estrategia para evadir el escándalo y limpiar su imagen antes de la campaña electoral?
El Partido Nacional ha intentado minimizar el impacto de estas denuncias, pero la falta de explicaciones convincentes deja en evidencia el problema. Mientras tanto, la oposición y diversos sectores de la sociedad continúan cuestionando la gestión de Albisu y exigiendo mayor transparencia en el manejo de los fondos públicos.
En un contexto donde la corrupción es una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, las declaraciones de Albisu suenan más a una estrategia de campaña que a una rendición de cuentas sincera. ¿Logrará convencer a los votantes de que no hubo nada turbio en su administración o quedará marcado por la sombra de la corrupción?